Esta mañana cuando me despertaba, me
puse a pensar el tiempo que llevaba ya en Dinamarca y cómo de rápido había
pasado. ¡No me había dado cuenta! Pensaba que era menos, pero no. Desde el 2009
puedes ir haciendo cuentas…
El caso es que de ahí me puse a divagar
sobre cuánto había cambiado mi forma de ver Copenhague. Cómo me sentía cuando
llegué y cómo me sentía ahora. Y precisamente eso es lo que voy a compartir
contigo. Un pedacito de mí y de mi segundo hogar. ¿Te parece?
Lo que me gusta de Copenhague es…
La proximidad y el poco tiempo que lleva ir de un sitio a otro. No sólo en bici sino en transporte público. Así pasa, que cuando estoy unos días en Madrid me desespero porque todo tarda más… Pero claro, es que allí vivimos más gente.
La
cantidad de cafés donde sentarse tranquilamente a leer un libro o conversar plácidamente
con una amiga. Tengo que confesar que nunca he sido amante del café, pero desde
que me mudé a Copenhague, no sólo he aprendido a saborearlo sino que además no
puede pasar un día sin haberme tomado al menos uno.
Las
ferias y eventos de diseño donde conocer nuevos talentos y comprar diseño
escandinavo a precio razonable.
Los distintos restaurantes donde degustar comida de casi cualquier parte del mundo. Como la mayoría de las veces el tiempo no suele acompañar para salir a la calle, la alternativa que nos queda es la de cenar en restaurantes y probar cosas diferentes.
Una
ciudad internacional. Te sorprendería ver la cantidad de extranjeros que
vivimos y trabajamos en Copenhague. Y eso la convierte en una ciudad
multicultural, donde la mayoría de tus amigos y compañeros de trabajo serán de
cualquier parte del mundo.
La
tranquilidad que se respira. A pesar de ser la capital de Dinamarca, comparada
con otras ciudades europeas, no tienes la sensación de ir a carreras a todas
partes o al menos no se percibe tanto.
Me podría alargar hasta la saciedad, pero prefiero hacerlo en pequeñas dosis para no saturar. Asi que por eso no te preocupes que habrá más posts al respecto. Aunque ahora que lo pienso también debería escribir sobre aquello que todavía no me acabo de acostumbrar a pesar del tiempo que llevo aquí. Porque como bien decía mi abuela "no es oro todo lo que reluce" y como en cualquier parte del mundo, también hay cosas que no me gustan...
7 comentarios
Teresa! Me han dado ganas de coger un avión y sentarme en un café y compartir un rato contigo!
ResponderEliminarCuando tú quieras. Ya sabes dónde encontrarme y yo estaré encantada de disfrutar un rato juntas ☺
ResponderEliminarYo quiero irme ya a ver esa capital llena de cafecitos , me gustaría saber cómo es la vida familiar tengo una estudiante de intercambio en mi casa y me gustaría saber qué actividades familiares hacen para pasar en familia , disculpa el abuso , un abrazo
ResponderEliminarHola Lolita. La verdad que si te gusta disfrutar de un buen café en un ambiente tranquilo, observando tu alrededor, esta ciudad te va a gustar. Y te recomiendo que lo hagas mejor en primavera/verano para que puedas sentarte en la calle. Aunque en invierno también tiene su encanto pero es diferente. En cuanto a las actividades que las familias hacen con sus hijos, como todo varía. Por lo general y si los niños son menores (no más de 12 años) suelen hacer viajes o actividades al aire libre o de creatividad. Cuando empiezan a ser adolescentes los hijos son más independentes. Pero ya te digo que varía de familia en familia.
ResponderEliminarQue bien! Un blog bonito y actualizado. Me encanta como escribes. He vivido en Madrid por muchos anos y ahora estoy aqui también, en Copenhaguem, viviendo algo nuevo todos los dias.
ResponderEliminarHola Lets, gracias por dejar tu comentario. Si quieres estar al tanto de lo que voy publicando te puedes suscribir a la newsletter o por las redes sociales. ¿Cuánto tiempo llevas en Copenhague?. Saludos =)
ResponderEliminarHola Teresa, me parece muy interesante tu blog. Se agradece que alguien de tu país natal cuente sus experiencias, llevo un mes y medio aquí y aún voy perdida. Gracias y un saludo!
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